A pesar de todas las imágenes lindas de Instagram, Facebook y Twitter, no todo el mundo está destinado a ser un empresario. El emprendimiento puede conducir a una vida de libertad y beneficiar a las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Pero también puede ser una pesadilla si alguien no está a la altura de la tarea. Ésta no es una opción que aplique para toda la gente.
1. No te sientes motivado
El emprendimiento puede ser solitario a veces. Sin embargo, sólo obtienes de él lo que aportas. La habilidad de hacer cosas por cuenta propia es importante. Tienes que estar motivado para completar tareas, especialmente cuando no sientas ganas de hacerlo.
Si eres el tipo de persona que necesita que un jefe le diga qué hacer, no estás listo.
2. No has establecido la base
Antes de considerar renunciar a tu cheque quincenal, deberías tener establecida una base para tu negocio. Esta base incluye un fondo de emergencia generoso –nunca sabes cuándo las cosas no funcionarán como tienes planeado–. Además, deberías tener una base financiera sólida. Tu deuda no debería estar fuera de control, y deberías tener suficiente flujo de dinero para pagar tus gastos de manera cómoda. Los ingresos del emprendimiento pueden ser esporádicos, y debes prepararte lo mejor que puedas.
3. Te aturdes al encontrarte bajo presión
El estrés de dirigir un negocio puede ser abrumador. Tendrás que hacer malabares para manejar tu empresa y, al mismo tiempo, lidiar con la presión desde muchos ángulos. Si te desmoronas al encontrarte bajo una presión y estrés constantes, piensa dos veces antes de decidir emprender.
4. No has investigado lo suficiente
Cualquier negocio que desees empezar requerirá investigación. Antes de tomar los primeros pasos, deberías convertirte en un experto en cómo obtener ganancias. Internet y las redes sociales ofrecen una oportunidad valiosa para hacer estudios efectivos sobre cómo construir un negocio redituable. Toma ventaja de ellos.
5. No sientes pasión por el negocio que quieres iniciar
La pasión no es suficiente para empezar un negocio, pero ciertamente, es una parte importante de la ecuación. Algunas veces, un negocio se siente como un empleo. Tu pasión es aquello que te recuerda lo que tienes; te empuja a seguir adelante. Si no sientes pasión por lo que haces, no estás listo para emprender.
6. Tu estrategia de crecimiento es la de alguien más
Hacer crecer un negocio puede ser divertido… o tan frustrante que te empuje a renunciar. Cuando hace falta investigación, las personas suelen copiar el modelo de un emprendedor exitoso. Pero lo que funcionó para alguien más probablemente no funcione para ti. Todos somos diferentes, y también lo son nuestros negocios. Debemos hallar lo que funcione para nosotros en el momento del proceso en el que nos encontremos.
Si tu estrategia de negocio consiste en copiarle a alguien más, en definitiva no estás listo para emprender.
¿Mi consejo? No dejes tu trabajo fijo si no estás listo para enfrentar la incertidumbre que conlleva emprender. Yo amo mi negocio y la libertad que implica emprender, pero también reconozco lo complicada que puede ser esta vida.
Sé honesto contigo mismo acerca de lo que quieres de la vida. Pregúntate si emprender es realmente para ti, y si estás listo para hacerlo. Es mejor construir tu sueño basado en un plan, y no hacer de tu sueño una pesadilla.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/
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